Título:
Ventajas de viajar en tren
Autor:
Antonio Orejudo
Editorial:
Círculo de lectores
Número
de páginas: 140
Año:
2000
*Reseña publicada originalmente en el sitio Mi Nueva Edad:
https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/4/5/el-libro-del-mes-ventajas-de-viajar-en-tren/
DELICIOSO EJERCICIO NARRATIVO
Cuando el lector termina Ventajas de viajar en tren tiene una
certeza: acaba de leer uno de los libros más divertidos que se hayan escrito en
español en lo que va de siglo XXI. Pero no sólo se trata de un libro divertido.
Esta novela es mucho más que eso. Es un recital narrativo, un ejercicio
delicioso de escritura, salpicado de unas inesperadas notas de humor negro y
escatológico, que hacen muy difícil evitar las carcajadas.
La novela arranca con una imagen tan
contundente como esperpéntica, que anuncia los derroteros por los que discurrirá
toda la narración: la protagonista, Helga
Pato, regresa a su casa y se encuentra a su marido completamente ido,
ensimismado y jugando con sus excrementos. No le queda otra opción que
ingresarlo en un psiquiátrico y, en el viaje en tren de vuelta desde la clínica,
la mujer se topa con Ángel Sanagustín,
uno de los médicos del sanatorio que le contará algunos pasajes de su vida. En
este momento, la novela se convierte en una cascada de historias que se
encierran unas en otras, en una vertiginosa espiral de sucesos, a cual más
entretenido e hilarante.
Toda la novela de Antonio Orejudo, además, permite una lectura en varios niveles, dado que es
una crítica al mundo editorial y a cierto tipo de novelas —no en vano, Helga
Pato es una agente literaria que quiere insertar publicidad en el interior de
los libros—, también al psicoanálisis y la psiquiatría —locos y cuerdos
desfilan por estas páginas en un sensacional revoltijo—, a ciertos métodos y
tratamientos médicos y, obviamente, a la hipocresía de la sociedad actual, que
tan a menudo se mueve por motivos bastardos y mentirosos. El propio viaje en
tren es una metáfora del trayecto que un lector realiza a lo largo de un libro,
como si fuera una larga travesía por el interior de un túnel, y que sólo verá
la luz al acabarlo.
Antonio Orejudo pone en pie lo que,
aparentemente, nos puede parecer un disparate literario, cuajado de diálogos
surrealistas, situaciones inesperadas y personajes esperpénticos, como esa
confabulación de los basureros para controlar las mentes de la gente o una
misteriosa logia de escritores anagramáticos (que esconden en sus poemas mensajes
subliminales para convencer a los lectores de sus propósitos), pero que oculta
entre sus historias una realidad cruel y amarga que mediante el humor todavía
adquiere mayor relieve y se nos hace más injusta e insoportable.
Así, las historias de violencia
machista, esclavitud sexual y trata de personas, pederastia, abuso de poder,
explotación de los inmigrantes, locura, enfermedad y muerte, se destilan bajo
el prisma corrosivo de un ingenio disparatado que multiplica el impacto de su
denuncia. Antonio Orejudo demuestra, con maestría, que se pueden abordar temas
tan sensibles y cruciales sin, por ello, dejar de lado cierto tinte burlón que
haga las delicias del lector, a la par que lo invita a formularse las más
profundas reflexiones sin caer en ejercicios pretenciosos o grandilocuentes.
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