martes, 21 de agosto de 2012

La broma-Milan Kundera


CRUELDAD INTOLERABLE


Es La broma, primera novela de Milan Kundera, un texto cruel, una historia devastada, terrible y dura.

Siempre vuelvo a Kundera, y he releído esta su ópera prima con mayor percepción de todo el odio y la furia que contiene, con esa percepción del odio y del aborrecimiento con el que, también a mí, me ha dotado el paso del tiempo: lo mismo que le ocurre a Ludvik, el protagonista, y realmente lo que le sucede a todos los personajes de este libro y, en general, a todos los personajes de Kundera en el resto de sus novelas; porque además de una buena novela, La broma se percibe como un ensayo general de tipos decepcionados y rabiosos, lo que será, finalmente, La insoportable levedad del ser.

Impera la crueldad, campa por todas y cada una de las páginas, de los párrafos y de las líneas de Kundera, que es un novelista, un retratista de la enorme crueldad que albergan las relaciones humanas, tan odiosas. La venganza, el recuerdo y la tiranía de los recuerdos, la justicia y la injusticia, los sentimientos egoístas que regulan las relaciones entre las personas, esos sentimientos que las acaban destruyendo, son los materiales que utiliza, se puede decir que analiza, el novelista. Y la gran broma de la Historia, que lo preside todo con un tono de burla descarnado.

Una broma a destiempo, en el peor de los tiempos, condena a Ludvik a una vida terrible: se ha mofado del sistema que impone esa felicidad obligatoria –esa que luego también condenará el novelista Norman Manea en la Rumania de Ceauşescu- y se ha mofado mentando a Trotski. Algo tan trivial se convierte en su destino: Ludvik será borrado del Partido Comunista, despedido de su puesto en la Universidad, integrado en una unidad militar de renegados como amenaza sociales, obligado a trabajar en las minas… siempre con la idea de la venganza –una venganza- sobre aquél que con su voto, su proposición, su brazo elevado, lo eliminó de la sociedad. Y esa venganza será sexual.

La sexualidad, las relaciones sexuales, la dimensión que toma la posesión y el coito en sí mismo (otro de los temas recurrentes de Kundera) y la significación que este acto posee y cómo se integra en la vida de cada uno como una pieza de un puzle, le permite al autor elaborar toda una serie de variantes relacionadas con ello: el sexo como condena, como venganza, el sexo redentor, el sexo como liberación (aunque en este texto, todavía, no se presenta claramente el asunto sexual como una vía de escape al totalitarismo al estilo de lo que plantea Esterházy en su Pequeña pornografía húngara).

Es La broma una novela cruel, brutal, como brutal y cruel es la sociedad de la que emana, el sistema que forjó hombres brutales y crueles engañados con promesas de paraísos y que vivían en el infierno. Kundera estira las naturalezas de sus personajes como si fueran de goma, da alguna vuelta de tuerca ciertamente insostenible, apuntaladas en esa serendipia, en ese cosmos de casualidades y causalidades que serán tan recurrentes en sus obras posteriores. Las vidas de los condenados al odio (no son más que eso los personajes de La broma, legión de condenados a odiar y odiarse) se entrelazan con guiños más o menos ocurrentes, algo cansados y forzados a veces, todo ello tamizado de ciertas reflexiones plomizas sobre la música popular o las tradiciones moravas que, después, un Kundera mucho más sobrio y certero en sus reflexiones, irá aliviando y podando en el resto de sus textos.

La broma es el primer ladrillo de una obra, de una construcción literaria que realizará Kundera, de un monumento a lo terrible del hombre cuando se comporta como tal: como hombre.

Es, entonces, con salvaje despliegue de odios, resentimientos, envidias y venganzas, de miserias sexuales y humillaciones, cuando se muestra en todo su esplendor el hombre y, por supuesto, también el novelista.

La obra es un adelanto de una teoría general de las relaciones humanas que tan sólo resulta aquí apuntada. Un discurso amargo, desengañado, ahíto de venganzas mal acabadas y de frustraciones. Un compendio de humillaciones que refleja toda la bajeza del hombre y la infamia de todo un sistema político e histórico. 


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