*Esta reseña apareció en Mi Nueva Edad:
Título: El astronauta de Bohemia
Autor: Jaroslav Kalfař
Editorial: Tusquets
Número de páginas: 332
Año: 2017
El debut cósmico de Jaroslav Kalfař
La imagen de un viajero espacial solitario en su nave, perdido en la inmensidad del cosmos, siempre ha tenido una potencia y un atractivo imposible de evitar entre artistas y creadores. Desde grupos como Steve Miller Band y canciones como Starman o Space Oddity de Bowie, pasando por películas como Alien, Moon (curiosamente el debut como director de Duncan Jones, el hijo del propio David Bowie) o The Martian, hasta novelas como la que hoy proponemos en Mi Nueva Edad como libro del mes de mayo: El astronauta de Bohemia.
En efecto, el protagonista, un astronauta checo enviado cerca de Venus para recoger un misterioso polvo espacial, protagoniza una narración repleta de humor ácido e ironía, en una especie de cruce temático entre el 2001 de Arthur C. Clarke y El soldado Švejk de Hašek. Y su soledad no es del todo completa, dado que se le aparece de forma recurrente una especie de alienígena con pinta de araña o escarabajo, ciertamente kafkiano, adicto a la Nutella y que no cesa de hacerle preguntas filosóficas y existenciales.
El alienígena servirá, en diferentes ocasiones, como motor que active los recuerdos, los flash backs mediante los cuales el protagonista va recordando su infancia y adolescencia, un tiempo que coincide con el final de la Checoslovaquia comunista y la Revolución de Terciopelo; con un agravante: su padre era un miembro importante de la Policía Secreta, un torturador al servicio del Partido, un delator, y el astronauta de Bohemiaintenta, con su hazaña espacial, borrar esos pecados del padre que lo estigmatizan como hijo.
Esta es la primera novela de Jaroslav Kalfař, un joven praguense emigrado a Estados Unidos y que ha sabido disfrutar de todos los resortes que allí ponen en las Universidades a disposición de los nuevos talentos literarios: y nosotros desde aquí nos morimos de envidia.
En cualquier caso, y por muchos recursos que le pongan a uno a su alcance, se necesita de un talento para llevar a cabo una buena obra, y Kalfař demuestra con esta novela que lo posee. Es El astronauta de Bohemia un trabajo narrativo manejado con pulso firme y decisión, un texto sólido y tremendamente divertido, pero de un profundo calado que se hace especialmente sensible cuando trata los asuntos delicados del régimen comunista.
La apuesta de Kalfař es arriesgada, y por ello bien resuelta. Con valentía literaria, creando una novela de esas que te agarran y no te sueltan hasta que la has leído hasta el final. Jaroslav Kalfař bebe de las distintas tradiciones y temas de la narrativa checa para montar un espectáculo literario que se alimenta de la visión irónica de Bohumil Hrabal, la modernidad cibernética de Karel Čapek, una porción de la visión del mundo de Kafka y la introspección psicológica de Milan Kundera.
Con todas estas influencias, casi resulta imposible que, teniendo talento, la novela salga mal. Kalfař coloca todas las referencias en equilibrio y en su sitio, y se convierte, con El astronauta de Bohemia, en un autor al que, necesariamente, debemos seguir desde ahora en su vuelo solitario por el cosmos de las letras y la literatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario