*Esta reseña apareció en el sitio Mi Nueva Edad:
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Título:
Matadero Cinco
Autor:
Kurt Vonnegut
Editorial:
Alfaguara
Número
de páginas: 192
Año:
2006
Historia
de un peregrino del tiempo
Es
Matadero Cinco, del estadounidense
Kurt Vonnegut, lo que podría denominarse como una novela total. En ella, se
combinan diferentes técnicas narrativas y tácticas compositivas para atrapar al
lector de una forma profunda y conmovedora.
La historia, o tal vez la Historia
—con mayúsculas— de Billy Pilgrim, y ese nombre ya dice mucho, puesto que
Pilgrim significa “peregrino”, es la de un viajero en el tiempo, la de un preso
americano en manos alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, la de un recluso
en el zoo de un planeta extraterrestre que exhibe a ejemplares humanos, la de
un superviviente de un accidente de aviación…, todo ello a la vez.
El protagonista vive sus vidas, o su
única vida descompuesta en diferentes planos temporales, a golpe de salto
cuántico, mientras la verdadera historia que se quiere contar, tan tremenda y
cruel, se mantiene al fondo, agazapada como un depredador que nos dejará
sangrando por efecto de sus garras.
La
historia que de verdad se cuenta en Matadero
Cinco –es decir, la Historia, con las mayúsculas de la vergüenza— es la del
bombardeo y destrucción de la ciudad de Dresde por parte de los aliados. Esta
matanza, tan terrible como Hiroshima o Nagasaki, por citar otros dos bombardeos
tristemente célebres, permaneció oculta durante un tiempo en el bando vencedor
como algo de lo que era indeseable hablar. La ciudad fue reducida a escombros y
murieron cerca de 135.000 personas, y Kurt Vonnegut, como prisionero de guerra,
se encontraba allí, encerrado en el barracón número cinco de un matadero
reconvertido en refugio.
El problema que semejante barbarie
presenta al escritor radica en saber encontrar una forma de aproximarse a la
matanza sin que la novela resulte asfixiante, deprimente o insoportable. Así, el
autor concibe un plan magistral y nos entrega un alegato antibelicista, sin
vencedores ni vencidos, mediante una visión fragmentada, muchas veces
disparatada y con visos de esperpento. Solo de esa forma puede conseguir una visión
completa y compleja del horror, a la par que reflexiona, muy profundamente,
sobre la condición humana.
La novela pertenece a lo que desde
hace tiempo vengo calificando como novela cuántica —tal vez una de las más
importantes en este género—, una forma de abordar la realidad más allá de lo
meramente convencional, porque lo que vemos y percibimos no es lo único que
existe. Recurriendo a técnicas y recursos narrativos tomados de la mecánica
cuántica, el autor quiebra las convenciones y obtiene una visión mucho más real
de lo que allí ocurrió y que llega mucho más lejos de las formas en las que hemos
intentado interpretarlo, entenderlo o asimilarlo.
El tiempo y el espacio no obedecen
al tiempo y el espacio que conocemos. De esa forma, todo ocurre al mismo tiempo
en un pasapresenturo fragmentado,
donde los personajes viven una bilocación en diferentes planos y en diferentes
vidas, creándose la novela ante nuestros ojos de lectores perplejos y
divertidos.
Matadero
Cinco es una obra maestra, y Vonnegut un escritor sensacional, pero más
allá de la obra cuántica y de la facilidad con que podemos leerla, e incluso
encontrarnos con la sonrisa optimista en algunos de sus párrafos, nos topamos,
a su término, con el paisaje desolado y triste de la ruinas de la ciudad de Dresde;
unas ruinas muy semejantes al alma humana. Un alma que solo puede redimirse
mediante composiciones artísticas tan bellas y originales como esta novela, que
con humor y cierto optimismo nos permiten volver a respirar de nuevo.
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