viernes, 12 de agosto de 2011

Natura morta -Josef Winkler-.




REIVINDICACIÓN DEL ARTE DE NARRAR

Natura morta es un festival narrativo, una recuperación del goce por narrar, una reivindicación de esa descripción que muchos autores, presuntamente anclados en la posmodernidad, consideran una forma pasada de moda, sin interés, y que en la obra de Winkler se convierte en una fórmula primordial, ya que desde allí articula los sucesos del texto.
Espacio y tiempo, más que nunca, son las dos claves de la narración. Espacios variables, descritos con minuciosidad: el metro, la plaza del Vaticano, el interior de San Pedro, el tranvía, la tienda de souvenires, el hospital, el interior de la iglesia del velatorio, el cementerio y, por supuesto, el mercado. El mercado es el gran espacio del libro, lugar de vida, pero sobre todo, lugar de muerte. Todos los espacios, para Winkler, aunan esa dicotomía de vida-muerte, además de complementarse con un pesado y lóbrego elemento sexual, pero será el mercado un personaje propio en la novela, quizás el verdadero protagonista, descrito con olores y colores que demuestran la fina línea que separa la vida de la muerte y, como se verá al final del libro, metaforiza la miseria cotidiana de la tragedia.
El espacio se hace enorme en Winkler, al ser mostrado desde una puesta en escena multiperspectivista, incluyendo los puntos de vista de los transeúntes a las descripciones, pormenorizando los elementos que lo conforman, ampliando el ojo del narrador como con un gran angular que convierte al lector en una especie de voyeur que contempla la actividad cotidiana de Roma con unas gafas de tres dimensiones y que, a la par, lo introduce en las distancias más cortas, en un ejercicio, a la vez global y minimalista, donde se contempla todo tras una lupa de enormes aumentos, sin perdernos ni el menor detalle. El espacio así, aparece enorme y minúsculo a la vez, presentándonos Winkler, con ese tratamiento, un ejemplar rasgo de la posmodernidad en su obra.
El tiempo transcurre a la par que el espacio: se hace eterno para contarnos todo lo que puede suceder en unos segundos de febril actividad en el mercado y se empequeñece, y resulta fugaz, para relatarnos toda la enormidad que encierra el atropello de Piccoletto: apenas unas líneas para un suceso sobre el que gira la novela (la novela pivota sobre la muerte, siempre la muerte), para, después, agigantarse en la pormenorizada descripción de cómo Frozio lo traslada en brazos desde la calle hasta la parte trasera de uno de los puestos. El tiempo ha sido un suspiro en el desgraciado momento en el cual el camión de bomberos atropella al muchacho, quizás porque esa percepción, un suspiro antes de morir, sería la de Piccoletto. Pero el tiempo es eterno para Frozio, que experimenta así, con esa lentitud, toda la magnitud de su desgracia.
Natura morta es una novela de contrastes, en los colores, en los olores, en los espacios, novela de una morosidad engañosa, porque se recrea en el detalle (las cabezas de reses muertas, los hocicos que gotean de sangre, esos tiburoncillos de piel basta, las tripas de pescado), para presentarnos la realidad fugaz y veloz arrojada a la cara como un puñado de tierra, desde la perspectiva de un narrador frío y desapasionado que celebra la muerte con cierto automatismo, una voz de enorme modernidad, también de enorme, descomunal, calidad.

Luminoso y lóbrego, colorido y dolorido, como la sangre que gotea de las agallas de los pescados agonizantes sobre las tablas del mercado, de las piezas descuartizadas; áspero como las pieles de esos tiburoncillos. Un texto absolutamente revelador y genial. Todo un descubrimiento, un hallazgo de un mago literario imprescindible.

2 comentarios:

  1. Un libro en dimensión fractal pero a la vez muy completo, extrañamente sensual que contrasta con lo efímero de la vida, un bodegón literario con un trasfondo del Memento mori. Maravilloso libro, recomiendo "Cementerio de las naranjas amargas" asimismo un reciente documental acerca de la vida y obra del escritor Josef Winkler titulado "Der Kinoleinwandgeher/ El caminante de la pantalla".

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  2. Totalmente de acuerdo! El cementerio de las naranjas amargas ya lo tengo sobre mi mesa, presto para una lectura en breve. Es una lástima poco que hay publicado en español de Winkler. Y tomo nota del documental a ver si lo puedo ver. Gracias por las sugerencias y por el comentario!

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