sábado, 15 de diciembre de 2018

Ficciones-Jorge Luis Borges



*Esta reseña apareció en Mi Nuev Edad:
https://www.minuevaedad.com/actualidad/2018/11/5/el-libro-del-mes-narraciones-de-borges/

Una aproximación al genio del laberinto

El libro que recomendamos este mes en Mi Nueva Edad es una recopilación de los mejores relatos de un maestro del género: Jorge Luis Borges. En el volumen que nos ofrece la editorial Cátedra, dentro de su colección Letras Hispánicas, se han elegido textos que originalmente aparecen en Historia Universal de la infamia (1935), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970) y El libro de arena (1975).
Se trata, por tanto, de una selección de los más granado y sobresaliente dentro de la ya de por si excelsa producción cuentística de Borges. En efecto, parece una tarea casi imposible diferenciar unos relatos de otros en función de su calidad u originalidad. Sin embargo, la selección de Marcos Ricardo Barnatán, a cargo de esta edición de Cátedra, nos presenta algunos de los textos más inquietantes del genio argentino.
Inquietante, desde luego, porque los relatos de Borges siempre contienen la semilla de algo que, una vez leídos, nos obliga a reflexionar, tal vez algo aturdidos. Vaya por delante que, la mayoría de las veces, no son textos sencillos, vienen plagados de culturalismo, de referencias bibliográficas verdaderas que muchas veces resultan casi imposibles de separar de las inventadas, de metatextualidad y metaliteratura —con toda la complejidad que albergan ambos términos—.
Borges tiene sus obsesiones, manías, tics, sus gustos, que en los relatos se hacen casi autorreferenciales: la presencia constante de los laberintos, de las estructuras circulares, de universos que se contienen dentro de otros universos, construcciones de cajas chinas o matrioskas, senderos y jardines que son puertas a otra dimensión, quiebras temporales y espaciales, reflexiones sobre el sueño y la realidad… Resumiendo, elementos que configuran gran parte de lo que ahora conocemos como literatura cuántica.
De entre un discurso de tanta riqueza resulta difícil quedarse solo con algo. Como ya dije antes, todo resulta sobresaliente, llamativo, su lectura alimenta nuestra perplejidad, nos quedamos atónitos al asomarnos a este mundo onírico, quebradizo, engañoso, que parece burlarse de nosotros con cada lectura.
Atención especial merecen algunos de los clásicos que aparecen en este volumen. La reflexión metatextual y literaria en Pierre Menard, autor del Quijote, es uno de los relatos fundamentales de Borges. Al igual que La biblioteca de Babel, una biblioteca que ordena el Universo, o Funes el memorioso, la historia de un hombre que lo recuerda absolutamente todo.
Cuentos con aureola de legendarios son Enma Zunz —para muchos considerado como un cuento perfecto— y Deutsches Requiem, así como El Aleph, el texto fundamental para comprender el pensamiento de Borges y, quizás, uno de los mejores principios que se hayan escrito para un relato.
La lectura de Borges exige ser revisitada. Con una sola vez, no basta, y a medida que releemos sus relatos extraemos más y más conclusiones, nos inundamos de una riqueza, de un saber casi enciclopédico, un saber que busca darnos a entender cómo se estructura el Mundo, el Universo y el propio Hombre inmerso en el colapso del tiempo y del espacio.
Borges nos ofrece una reflexión metafísica, filosófica y existencial en estos cuentos, producto de cierta condición sincrética de la Creación y del concepto de Dios como Gran Arquitecto, como Hacedor de estructuras y Soñador de los hombres.
No son asuntos sencillos de comprender, y los planteamientos de los relatos vienen, además, cargados de simbolismos y guiños extraños, pero esa es una de las principales características de Borges: el entendimiento de la literatura como un juego. A veces, incluso un juego sin reglas al que se nos invita desde la fascinación de las palabras. Juguemos.

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