Título: El curioso incidente del perro a medianoche
Autor: Mark Haddon
Editorial: Salamandra
Número de páginas: 268
Año: 2003
**Reseña publicada originalmente en el site Mi Nueva Edad.
UNA
INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA
Christopher Boone es un
muchacho de quince años con un síndrome que puede asociarse al autismo o al
Asperger, aunque en la novela el trastorno nunca se llegue a mencionar como
tal. Christopher está lleno de manías y de TOCs: no soporta ciertos colores,
necesita unas rutinas férreamente desarrolladas, tiene una gran incapacidad
para comunicarse y demostrar sus sentimientos, puede reaccionar de una forma
violenta y vive en un mundo propio y aislado que entra en conflicto cuando
intenta relacionarse con los adultos. Sin embargo, posee una inteligencia
asombrosa: recuerda una interminable serie de números primos (hasta el 7.507),
se sabe al dedillo todas las capitales del mundo y posee una prodigiosa memoria
fotográfica.
Si añadimos que Christopher aborrece
la mentira por encima de todo, circunstancia que le cuesta demasiados disgustos
y malentendidos, y que su mascota es una rata, nos encontramos ante un poderoso
personaje surgido de la pluma del británico Mark Haddon, un
autor especialista en literatura infantil que debutó con esta obra en el género
adulto. Por eso, la novela está narrada en primera persona, en la voz del
muchacho, dictada desde su mente, una mente que trabaja con pensamientos
complejos y extrae unas conclusiones rocambolescas (pero no exentas de razón)
que plasmará en un diario que escribe por recomendación de su terapeuta. Ese es
otro de los aciertos del libro, que inserta dibujos, esquemas y diagramas
realizados por el muchacho, salpicado de figuritas y anotaciones que lo hacen
muy ameno y divertido.
El título hace referencia a un
cuento de Sherlock Holmes, concretamente al relato Estrella de
plata, un detective que Christopher admira. Por ello, el muchacho no duda en
iniciar una pequeña investigación para averiguar quién ha matado al perro de
una vecina. Nos encontramos con una novela de misterio, o eso parece, pero las
andanzas detectivescas del protagonista no son más que una excusa para que se
desencadene la acción, donde lo verdaderamente importante es asistir a cómo el
mundo de Christopher, repleto de normas y rutinas, se ve puesto patas arriba
hasta culminar en un delirante viaje del muchacho en el transporte público de
Londres.
La colisión entre la percepción de
Christopher y el mundo real, junto a la sencilla y rápida forma de escribir de
Mark Haddon, ponen en pie una novela veloz, repleta de un humor ácido
que no deja lugar al aburrimiento. Su estructura fácil, acompañada de la
personalidad brillante e hilarante de su protagonista, convierten al libro en
la odisea apasionante de un chico que lucha por superar sus propias trabas en
pos de encontrar respuestas y, finalmente, hallar su propia identidad.
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