jueves, 20 de septiembre de 2012

El lector-Bernhard Schlink



TORTICERA BANALIZACIÓN

Si hubiera tenido que hacer una crítica de este libro después de su primera lectura, hace tiempo, sin duda que lo habría calificado, incluso, como de un buen libro. Lamentablemente, una nueva lectura, con el implacable paso del tiempo, con mi criterio más asentado, con otra serie de lecturas afines al tema que aquí trata Schlink, con mayor conocimiento de algunos  asuntos, esta nueva lectura, ha tirado por tierra mi impresión original y dejado a El lector como una novela tramposa y de un valor literario muchísimo menor al que yo le suponía.

La verdad es que Schlink, juez metido a novelista de detectives, se trasvasa a un tema sobre la culpa, el Holocausto y el castigo, sobre la responsabilidad de Alemania en la masacre, sobre todos esos asuntos tan discutidos, para elaborar un texto comercial, una engañifa. Que conste que la novela, con sus hechuras de best-seller, no deja de ser entretenida, es cierto, pero al leerla, de pronto, se descubre que algo no huele demasiado bien en este maremagno que su autor, acostumbrado a la novela negra, ha querido edulcorar con un misterio oculto (y tramposillo), reflexionando de forma bastante insincera sobre la culpa y el horror, sobre la responsabilidad colectiva, un asunto que para un juez alemán no dudo que resulte ser un tema interesante. Pero es en las maneras, en la forma de presentarlo, en donde se vislumbra el engaño.

Hay mucho más de riguroso, sincero, aterrador, reflexivo, en una sola línea del Austerlitz de Sebald, o en su Sobre la historia natural de la destrucción, que en el exitoso producto de Schlink. En efecto, exitoso, incluso colocado como lectura en las escuelas para mostrar a la juventud lo que fue aquello del nazismo, y los judíos, y lo del Holocausto y lo de la culpa. Ni que decir tiene que existen cientos de libros que afrontan, incluso novelísticamente hablando, el tema de una forma más interesante, por no decir que de una manera menos bochornosa. Porque algo de bochorno existe en un libro que pretende dar lecciones morales, que el lector extraiga sus propias conclusiones, y que se ampara en la formula del best-seller, en la intriga menor de lo que le sucede a Hanna, la protagonista, aderezado con cierto despertar sexual de Michael, utilizado como gancho. De esta manera, inmersos en el deliro que resulta ser la trama, los grandes ideales de su autor quedan diluidos en un discurso tan desafortunado como inoportuno.

En el mezclote de géneros -novela negra, novela de iniciación, trama judicial-, poco interesa realmente la cuestión de los crímenes y del horror, aplastado todo ello, de forma oportunista y bastante hipócrita, por el analfabetismo de la protagonista y el despertar sexual del muchacho. La novela entretiene, eso es cierto, es un texto digerible, y si no se le exigiera nada más que eso no tendría mayores inconvenientes. El problema radica en lo que se nos quiere presentar como trasfondo literario, aquello que se nos vende de una forma oportunista: una reflexión a la ligera sobre los horrores del nazismo. Un delirio con el que Schlink vislumbra un filón que explota en su siguiente novela, El regreso, donde el desmán adquiere unas proporciones que algún día también serán comentadas en este blog, dado que, desafortunadamente, las he leído.

Asisto con sorpresa a una proliferación de novelas de este corte: El niño con el pijama de rayas, Las benévolas y un largo etcétera que, amparadas en esa demagógica argumentación de querer denunciar, en esos discursos que rellenan las bocas de sus autores y afianzadas en el aparato promocional de las editoriales, hacen bastante poco por la causa que pretenden defender. Estos libros son enormemente perniciosos, se tomen como se tomen. Y encima, con éxito de público, que parece leerlos con enorme agrado, en un mundo en donde el dolor, las atrocidades de la historia, las reflexiones fáciles sobre asuntos peliagudos y que merecerían ser tratados con mayor respeto, se han convertido en artículos de fácil consumo y ocio.

Si bien no es una de las peores novelas que he leído en mi vida, la banalización de los asuntos que trata, y el mejunje de su autor, el cóctel disparatado que elabora, dejan muchísimo que desear y permiten que aflore un discurso tan insincero como artero. Es un producto que intenta pasar por novela de tesis, de denuncia, de posición, y que no deja de ser un best-seller de lo más rastrero. Si su autor, si el texto, se hubiera quedado ahí, quizás habría rozado los límites de lo aceptable, pero es la cáscara que lo reboza, la moralina insoportable y sus recursos fáciles para atraer la atención del lector, construida de una forma tan baja -literariamente hablando-, lo que lo convierte en odioso.

¡Huyan de este texto!

4 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo con su punto de vista, pero lo respeto. Me gustó la historia aunque como usted dice este basada en episodios de destrucción de nuestra historia reciente, no se toma a la ligera y recuerde que el narrador es Michel, un niño de 15 años, que además se convierte en un adulto oscuro y tímido. No se puede juzgar este libro sin conocer la mente y la ideología de un joven y luego en lo que se convirtió por su primera experiencia “amorosa”. Me parece un buen libro y lo recomiendo.

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  2. No estoy de acuerdo con su punto de vista, pero lo respeto. Me gustó la historia aunque como usted dice este basada en episodios de destrucción de nuestra historia reciente, no se toma a la ligera y recuerde que el narrador es Michel, un niño de 15 años, que además se convierte en un adulto oscuro y tímido. No se puede juzgar este libro sin conocer la mente y la ideología de un joven y luego en lo que se convirtió por su primera experiencia “amorosa”. Me parece un buen libro y lo recomiendo.

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  3. Coincido bastante con esta reseña sobre El lector. Igualmente me parece sucia y tramposa la justificación de los crímenes de Hanna por su condición de analfabeta. La novela reduce serios conflictos cuando todo lo enlaza con una relación erótica. Resulta puramente comercial y, lo peor, transmite una ideología próxima al fascismo, a mi entender.

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    1. Gracias Irene Marz por tu comentario. Me alegra mucho que estés bastante de acuerdo con mi opinión sobre el libro, porque no todo el mundo consigue verlo así. Quizás este libro esté dañado, irreparablemente, por la película... yo primero conocía la novela y fue después de ver la película cuando se me hizo del todo antipático.En cualquier caso me reafirmo en mis tesis: banaliza un horror que hizo que los seres humanos ya no seamos los mismos desde entonces. Gracias por tomarte un poco de tu valioso tiempo a comentar. Un gran saludo.

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